Ventaja Estratégica (Primera parte)
por
Kenichi Ohmae
Aunque
parezca mentira, los cuadros de planificación en las
empresas no toman en cuenta con la seriedad que debieran las
estrategias de negocios. Lo que distingue a la estrategia de
todos los demás tipos de planificación de negocios es, en
una palabra, la ventaja competitiva.
Si
no existieran los competidores no sería necesaria la
estrategia, puesto que el único propósito de la
planificación estratégica viene a ser el permitir que la
compañía obtenga, con la mayor eficacia posible, una
ventaja sostenible sobre sus competidores. Por lo tanto, la
estrategia corporativa implica el intento de alterar las
fuerzas de la empresa en relación con las de sus
competidores de la forma más eficaz.
Claro
que las condiciones o el estado de la empresa misma pueden
mejorar en relación con un criterio absoluto. Por ejemplo,
una compañía puede tratar de reducir los costos de sus
productos mediante el empleo de la ingeniería del valor o
tratar de mejorar su flujo de efectivo reduciendo sus
períodos de cobro. Si lo logra, estos esfuerzos le
brindarán un margen financiero mayor, dado que habrá
mejorado su rentabilidad. Esto, a su vez, ampliará la gama
de estrategias opcionales que la empresa estará en
condiciones de escoger para hacer frente a sus competidores.
Estas mejoras "operativas" pueden considerarse
parte de la estrategia de negocios.
Sin
embargo, para mantener claras nuestras ideas, debemos
reservar el término "estrategia" que tiene como
fin directo alterar la fortaleza de la compañía en
relación con la de sus competidores. Debemos distinguir
estas acciones de las que tienen por objeto lograr mejoras
operativas, como mayor rentabilidad, organización más
limpia, procedimientos administrativos más eficaces o mejor
capacitación.
Otra
razón para hacer esta distinción es el hecho de que la
estrategia corporativa requiere un tipo específico de
pensamiento. Cuando uno se esfuerza por conseguir o
conservar una posición de superioridad relativa sobre un
competidor peligroso, la mente funciona de forma muy
diferente a cuando se está tratando de realizar una mejora
interna de acuerdo con algún modelo absoluto. Es algo así
como la diferencia entre lanzarse al combate y ponerse a
dieta.
En
el mundo de los negocios no se buscan estrategias
"perfectas". Lo que cuenta no es el rendimiento en
términos absolutos, sino el desempeño con relación a los
competidores. Entonces una buena estrategia de negocios es
la que permite a una compañía ganar terreno de forma
significativa a sus competidores a cambio de un costo
aceptable. La auténtica tarea del estratega consiste en
encontrar la forma de realizarlo.